La destreza de vivir

0
1434

Sucedió una vez que un gran rey tenía que decidir algo en contra de su corazón. Dos de sus ministros habían cometido algún delito y él quería mucho a esos ministros. Incluso si habían cometido el delito, él quería perdonarles, los amaba mucho, pero eso iba en contra de la ley del país y no hubiese sido un buen precedente.

Así que había que castigarles. La ley del país decía que para un delito así el único castigo era la muerte. ¿Qué podía hacer? Era difícil, pero encontró una salida. Dijo: “Tienen que ser condenados a muerte, pero les daré una oportunidad más de vivir. Se pondrá una cuerda tirante entre dos colinas, y si pueden caminar sobre ella y sobrevivir, les perdonaré.”

Era casi imposible. Era imposible porque ellos nunca habían caminado sobre ninguna cuerda floja, y mucho menos sobre una entre dos colinas, sobre un gran valle, con la muerte por todas partes.

Caminar sobre una cuerda floja es un gran arte, hay que aprenderlo; es una gran disciplina, y ellos ni siquiera habían soñado en su vida que tendrían que convertirse en equilibristas. Uno de ellos no pudo dormir. Durante toda la noche rezó a Dios para que le ayudase. Ni siquiera pudo tomar el té por la mañana. Cuando llegó al lugar en que iba a suceder este prodigio, toda la capital se había reunido.

El otro, comprendiendo muy bien que no sabía nada acerca de caminar en la cuerda floja, que no había nada que hacer, y que era casi seguro que iba a morir, decidió dormir bien. Durmió. Por la mañana tomó su té habitual y caminó pausadamente hacia el lugar.

El otro estaba temblando, febril, pero él estaba tranquilo y calmado sabiendo muy bien que iba a sucederle la muerte, y cuando es seguro ¿para qué molestarse? Muere tranquilamente.

Empezó a caminar sobre la cuerda, y ¡maravilla de maravillas, caminó! ¡Nadie podía creerlo! Algunos equilibristas habían ido a mirar y ni siquiera ellos podían creerlo, era difícil incluso para ellos. La distancia era demasiado grande y el peligro era excesivo.

Un mal paso, inclinándose demasiado a la izquierda, o hacia la derecha . . . y te has ido; un pequeño desequilibrio, y la muerte te espera en cada paso. Pero el hombre caminó, y caminó muy pausadamente, tan pausadamente como si estuviese dando un paseo matutino.

Llegó a la otra colina. El primer hombre estaba temblando, sudando, y gritó al otro desde su sitio: “Por favor, dime cómo has caminado, para que también pueda hacerlo”. El otro hombre le gritó: “Difícil, porque no sé cómo. Sólo sé una cosa: así es como he caminado toda mi vida. No soy equilibrista, pero ahora sé que lo soy, porque así es como he vivido toda mi vida, equilibrando, sin ir nunca al extremo; o, si me inclino hacia la izquierda, inmediatamente lo equilibro inclinándome hacia la derecha. No he hecho otra cosa. Pero esto no te ayudará, porque no es algo que se pueda aprender de repente. Si vives así, esta destreza te llega.

Osho

Envíanos tus propias reflexiones, pensamientos o frases:

videntes buenas por telefono

1 Comentario

  1. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Sucedió una vez que un gran rey tenía que decidir algo en contra de su corazón. Dos de sus ministros habían cometido algún delito y él quería mucho a esos ministros. Incluso si habían cometido el delito, él quería perdonarles…..