De: Lae Sánchez
Te va a fallar quien menos te lo esperes con toda seguridad, y te enamorarás de alguien del que nunca pensaste que lo harías.
Vas a fingir orgasmos aunque no lo asumas ni se lo digas, te hablarán de asertividad y de calma los que a veces no entienden que una hoguera no se apaga escupiendo, necesitarás encontrarse cuando todo esté perdido.
Te fallarás de gratis, vas a mentir a tu madre para que no se preocupe de más, llegarás al menos una vez tarde en la vida a algo que merecía la pena.
Darás de más a gente que se merece menos, perderás a personas que te parecían imprescindibles y descubrirás que el mundo sigue girando y no espera.
Te encontrarás Whatsapps inesperados que te arrancarán sonrisas, te van a decir te quieros vacíos y tampoco te pongas muy digna porque tú también vas a decirlos, seguro.
A veces tendrás más palabras que hechos y asumir eso es una auténtica putada.
Aprender a decir adiós te hará crecer aunque te caigas al suelo, te la jugarán varios cobardes y te darás contra la pared en balde al intentar cambiar algo que no va a cambiar nunca.
El mar te parecerá libertad absoluta después de ahogarte en mil vasos de agua.
No va a volver, y está bien que lo asumas pronto. No le quieres para tanto, y está perfecto que seas sincera más pronto que tarde.
Romperás con todo porque te dará la real gana, la vida te pondrá delante a personas maravillosas que quizás no lleguen ni a tiempo ni en forma.
Aprenderás a elegir el vestido, la fiesta y el baile.
Querrás de más, te van a querer bien y mal, y tendrás que pintar líneas que es importante que no sobrepases.
Aprenderás que la guerra a veces no es tuya, que los besos hay gente que los regala, que el amor y el sexo si se separan también proporcionan felicidad extrema.
Te enamorarás mil veces de la misma piedra y confundirás tropiezos con bailes, probablemente será divertido.
Te dirán “qué mala suerte” y sonreirás para decirles “la mala suerte es no vivirlo”.
Pero lo más importante es que al mirarte al espejo entenderás que tú eres por ti y no por tu culpa. Y ahí ya…aunque no lo creas todo está encajando.
Por Lae Sánchez