Los amantes de los pájaros

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Imagina que dos personas que dicen amar a los pájaros, se encuentran.

La primera los tiene alojados en bellas jaulas doradas, en una habitación climatizada. Les da pienso de alta calidad y agua de manantial embotellada, y los lleva al veterinario periódicamente.

La segunda simplemente les lleva comida al parque, los acaricia cuando se posan y les atiende cuando están heridos y no pueden volar.

La primera persona dice: ¡Cuánto quiero a mis pájaros! Me gasto una  fortuna en ellos para que tengan todas las comodidades que no tendrían si vivieran salvajes! ¡Pero me duran tan poco! Siempre están
enfermos y por mucho que me gasto en medicamentos y en veterinarios se mueren prematuramente. ¡Cuánto me hacen sufrir!  ¿Qué puedo hacer?

La segunda persona dice: Los pájaros que yo cuido no me pertenecen. No están encerrados en jaulas, sino que viven en libertad. Soy feliz porque sé que ellos no están conmigo obligados por los barrotes de una jaula, sino porque lo han elegido libremente. Soy feliz porque los veo vivir conforme ellos quieren, volando en libertad. Sus pájaros, amigo mío, se mueren de pena, porque no son libres. Abra sus jaulas para que puedan volar en libertad y vivirán porque serán libres, porque serán felices.

El primero responde: ¡Es que si les abro la jaula se escaparán y ya no los volveré a ver!

El segundo responde: Si se escapan es porque han estado retenidos en contra de su voluntad y se alejan de lo que para ellos es una vida de esclavitud. Mis pájaros no huyen de mí, porque saben que son libres de ir y venir cuando les plazca. Al contrario, cuando me ven llegar al parque acuden inmediatamente, me rodean y se posan sobre mí.

El primero dice: Lo que usted tiene es lo que yo deseo. Que mis pájaros me quieran.

El segundo dice: Lo que usted quiere jamás lo obtendrá por la fuerza. Les ha colmado de comodidades para intentar compensarles de la carencia de lo que más ansían: volar en libertad. Si realmente les quiere, deje que vivan su vida en libertad.

Las Leyes Espirituales
Vicent Guillem

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