La fábula del caballo y el asno

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La fábula del caballo y el asno

Un caballo y un asno vivían en una granja y compartían, durante años, el mismo establo, comida y trabajo que consistía en llevar fardos de heno al mercado de la ciudad. Todos los días practicaban la misma rutina y seguían por una carretera de tierra llevados por su dueño hasta la ciudad.

Un día, sin darse cuenta, el dueño puso más carga a la espalda del asno que a la espalda del caballo. En las primeras horas nadie se dio cuenta del error del dueño, pero con el pasar del tiempo, el asno empezó a sentirse muy cansado y agotado. El asno empezó a sudar, a sentirse mareado, y sus patas empezaban a temblar.

Cuando el asno ya no podía más, se paró y pidió a su amigo caballo:

  • Amigo, creo que nuestro dueño se equivocó y puso más carga a mi espalda que en la tuya. Estoy agotado y ya no puedo seguir, ¿será que podrías ayudarme a llevar algo de mi carga?

El caballo haciéndose el sordo no dijo nada al asno. Le miró y siguió por la carretera como si nada hubiera pasado.

Minutos más tarde, el asno, con cara de pánico y visiblemente decaído, se desplomó al suelo, víctima de una tremenda fatiga, y acabó muriéndose allí mismo.

El dueño, apenado y disgustado por lo que había pasado con su asno, tomó una decisión. Echó toda la carga que llevaba el asno encima del caballo. Y el caballo, profundamente arrepentido y suspirando, dijo:

  • ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo!

Autor desconocido

La enseñanza de esta fábula tiene que ver con la ayuda al prójimo, sobre todo a aquellos que nos lo piden. Cuando elegimos no ayudar a los demás nos podemos estar perjudicando a nosotros mismos. Esta es una fábula escrita para niños, pero no está demás que como adultos tengamos en cuenta estos valores que muchas veces se nos olvidan a medida que crecemos y crecen nuestras preocupaciones.

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