Un amigo muy especial

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Cierta vez el maestro observó preocupación en rostro de su discípulo y preguntó cuál era el motivo.

– Hace unos días -respondió el joven- volví a ver a un querido amigo y sus primeras palabras fueron para saber cómo me encontraba. «Muy solo», le dije; y él entonces agregó que si quería que hablemos. Respondí que sí. Y nos dirigimos a un parque.

Cuando llegamos, nos sentamos en un banco; yo hablé por horas de todo, y él, atento siempre, me escuchaba. Así pasamos casi todo el día. Estaba cansado de tanto hablar, pero me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara. Y cuando él notó que yo ya, me encontraba mejor, dijo que tenía que irse porque tenía algunas cosas que hacer. Me quedé sorprendido y le dije que por qué no me había dicho que tenía algo que hacer, y que le había quitado mucho tiempo.

Él sonrió y respondió:

No hay problema, para eso están los amigos.

– Yo me sentía orgulloso de tener un amigo así. Nos levantamos del banco, caminamos hasta el sendero y, antes de despedirnos, le pregunté cómo le había ido. Me miró, bajó la voz y dijo que estaba muy enfermo. Me quedé mudo… él sonrió y agregó… que luego hablaríamos de eso. Se despidió, se dio media vuelta y se marchó.

Pasó un buen rato para cuando asimilé la situación y me pregunté una y otra vez por qué, cuando él me preguntó cómo estaba, me olvida de él y solo hablé de mí. ¿Cómo tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación? Esto es increíble… desde entonces mi vida ha cambiado.
Suelo ser menos dramático con mis problemas y disfruta más de las cosas buenas de la vida.
Y el maestro dijo:

– La vida es como una pendiente; si miras hacia arriba, siempre serás el último de la fila; pero si miras hacia abajo, verás que hay mucha gente que quisiera estar en tu lugar.

Autor desconocido

 

Reflexión

Muchas veces nos enfocamos en nosotros mismos y nuestros problemas, ignorando que nuestros amigos pueden estar enfrentando situaciones muy difíciles y que también necesitan que los escuchemos y aconsejemos.

Recuerda que tus amigos están allí para ti, pero tú también debes estar allí para ellos.

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