Hace unos días me decía a mi mismo lo bendito y bendecido que es estar atento; con el cuerpo completamente descansado y el espíritu en paz; porque cada momento así se torna más intenso, cada vivencia es más intensamente vivida; cada evento es una mejor oportunidad.
Parece algo tan simple que quizás escapa a nuestra forma común y diaria de vivir. Dormir bien, sentirse saludable y estar en paz consigo mismo es definitivamente una gran bendición que se nos ofrece todos los días.