«Nunca había entendido por qué la gente les da tanta importancia a los besos; es solo un contacto entre dos bocas.
Yo sentía más conexión con el sexo. El placer. Una finalidad. Un acto con un principio y un final. En cambio, eso no existe en los besos, ¿cuándo debe terminar?, ¿cuándo parar? No es instintivo, es emocional.
Era todo lo que nunca logré ser, y al besarla a ella me di cuenta de que llevaba media vida equivocado. Un beso es… intimidad, deseo, temblar por dentro. Un beso puede ser más devastador que un maldito orgasmo y más peligroso que cualquier otra cosa que hubiese podido decirme con palabras. Porque ese beso…, ese beso se iba a quedar conmigo para siempre, lo supe en cuanto cerré los ojos tras el primer roce.»
Alice Kellen
Extracto de «Todo lo que nunca fuimos»