Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos,
que el viento sople siempre a tus espaldas,
que el sol brille cálido sobre tu cara,
que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos,
que Dios te guarde en la palma de sus manos.
Antigua despedida de los Peregrinos.